Priscila Marenco's Obituary
Con profundo pesar, la familia Marenco anuncia el fallecimiento de mi mamá, Priscila Marenco, quien nació el 5 de Enero de 1939 en Nicaragua. El día 9 de Septiembre de 2025, partió a la presencia de nuestro Señor, dejando un legado de fe, amor y fortaleza.
En 1962, en la ciudad de Managua, Nicaragua, conoció a quien sería el amor de su vida, Silvio Marenco Dávila. Juntos compartieron una unión ejemplar que, con la gracia de Dios, celebró 63 años de matrimonio el pasado 30 de Agosto de 2025.
De su matrimonio nacieron sus tres hijos: Silvio Marenco Jr, Aracely Aragon, y Rigoberto Marenco, quienes siempre fueron el orgullo de su corazón.
Mi mamá fue una mujer de profunda fe. Durante muchos años asistió fielmente a la Iglesia Bautista El Calvario en Managua, Nicaragua, hasta que en 1987 emigró a los Estados Unidos. Allí continuó sirviendo a Dios en la Iglesia de Dios Pentecostal M.I., y posteriormente en Homestead, Florida, donde se congregó en la Iglesia Bautista Jesús Para Todos hasta sus últimos días.
Mi mamá deja un hermoso legado en su familia: sus nietos por parte de su hijo Silvio Marenco Jr: Oswaldo Rivas, Fabiola Monterrey, Silvio Marenco III, y Gisselle Gonzalez. Por parte de su hija Aracely Aragon: Gilberto Sánchez, Priscila Sanchez, y Noemi Iglesias. Por parte de su hijo Rigoberto Marenco: Rigoberto Marenco Jr, Emily Pastrana, Jeffrey Marenco, y Chelsea Rodriguez, además de 21 bisnietos, quienes recordarán siempre su ternura, sus oraciones y su fe inquebrantable.
Su vida fue testimonio de amor, dedicación y servicio a Dios. Sus enseñanzas y ejemplo vivirán por siempre en las generaciones que la sobreviven.
Nuestra familia agradece profundamente las muestras de cariño y apoyo en este momento de dolor, e invita a familiares y amigos a acompañarnos en la celebración de vida de mi querida mamá.
Su pasaje favorito de la Biblia es el Salmos 23:
"Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días."
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