Hoy el cielo recibe a un hombre excepcional: mi tío, un ser humano noble, lleno de bondad, alegría y conviccion en sus ideales y su entregas. Fue más que un tío, fue un amigo, un consejero, un ejemplo de hombre para mi vida. Siempre tenía una palabra justa, una sonrisa cálida, y aunque su humor siempre fue inconfundible y peculiar, sus brazos abiertos para dar apoyo a quien lo necesitara y su justicia sin filtros fueron para mi un ejemplo. Nunca tuvo escusas para dar proteccion, nunca fue "argolla".
Su vida fue una lección de humildad, trabajo y amor. Dejó huellas imborrables en cada persona que tuvo la dicha de conocerlo. Lo recordaremos por sus historias, sus carcajadas, su fuerza, y ese espíritu generoso que siempre lo distinguió.
Me siento profundamente orgullosa de haber sido parte de su vida. Su recuerdo vivirá en nuestros corazones, y su legado seguirá guiando nuestros pasos.
Descansa en paz, tío Paco querido. Te amaremos siempre.