Luis
Mariela fue un ser humano excepcional. Compartimos muchísimo en la Poderosa. Su esposo Enrique y ella se convirtieron en mis clientes y allí fue naciendo una amistad. Siempre se preocupaba por su familia y sus amigos. Conozco a muchísimas personas dedicadas al arte pero muy pocas he visto con su entrega y dedicación. Cantaba y bailaba. Es muy difícil hacer ambas cosas y ella las hacía muy bien. A esto había que sumar su carisma desbordante y su simpatía única. Supe de su fallecimiento unos meses después y esto me impidió acompañar a su familia en momentos tan difíciles.
Paz a su alma y consuelo a su familia .

