Anita, mi tocaya querida. Nos conocimos como profe y estudiante en un mundo que nos unia, el del mercado de valores. De tantas personas que conocia mientras impartia mis clases, algunos pocos hacian un impacto duradero en mi vida y tu fuiste una de esas personas. Tu deseo de aprender era contagiante. Me "perseguiste" asistiendo a todas mis clases y eso nos unio un poquito mas. Me hablaste de tu familia y lo mucho que los amabas y te preocupabas por ellos. Pero sobre todo, hablamos de lo que verdaderamente nos unio... nuestro amor por Jesus nuestro Salvador. Se lo real que era Dios en tu vida y es eso lo que me reconforta hoy. Anita, estas en el cielo porque habias recibido a nuestro Senor Jesus como tu Unico Salvador. Solo te nos adelantaste en esta graduacion majestuosa. Duele saber que no estas aqui en la dimension actual, pero me alegra saber que estas en el paraiso con nuestro Dios, donde no tienes mas preocupaciones, y vives en eterna felicidad con nuestro Salvador. Te voy a extranar pero a la misma vez, mantendre la esperanza viva que nos da nuestro Padre Celestial a todos los que creemos en El, que es que nos volveremos a ver en la eternidad.